Procesamiento (1, 9, 10)

El proceso de tratamiento y reutilización de los lodos generados en la elaboración y corte de la piedra ornamental es viable técnicamente porque se dispone de la tecnología necesaria para ello: equipos de espesamiento rápido y de filtración de lodos; molinos micronizadores para reducir el tamaño de las partículas del orden de 10 micrómetros; equipos de secado de lodos (secadores, molinos secadores y sistemas de cogeneración).

Según las especificaciones del uso industrial al que se vaya a destinar el residuo, para la preparación de los lodos se debería tener en consideración una serie de características, como son: tamaño de partícula y clasificación, contenido de humedad, color, control de calidad, presencia de impurezas y metales traza, cantidad producida y localización, gastos de tratamiento, transporte, etc. En el caso de su aplicación en la fabricación de cemento y de productos de hormigón y cerámicos, tanto el tamaño de partícula como la proporción del contenido de magnesio son factores poco condicionantes.

Los lodos del corte del mármol tras el proceso de sedimentación se presentan en forma de terrones de una masa húmeda y poco manejable, floculados a partir de aditivos químicos y prensados, con poca uniformidad en cuanto a su contenido de humedad.

Para su empleo en hormigones se requiere formar una lechada, añadiendo agua a los terrones y mezclarlos enérgicamente hasta alcanzar una lechada fluida y homogénea. Otra posibilidad consiste en secar los lodos para posteriormente disgregarlos por medios mecánicos, aunque el coste energético de esta opción es alto. La tercera posibilidad consiste en utilizar los lodos de la manera en que se presentan, esta opción es sencilla pero se pierde precisión en el cálculo de la relación agua/cemento.

La opción más conveniente y económica, para la formulación de hormigones autocompactantes, es la lechada.