Carreteras

En la técnica de carreteras, las escorias de acerías LD se utilizan como áridos para bases y subbsases granulares, mezclas bituminosas, lechadas o tratamientos superficiales.

Este material no debe emplearse en capas tratadas con conglomerantes hidráulicos o en aplicaciones donde vaya rígidamente confinado, en las que pequeñas expansiones pueden producir deterioros importantes.

En su aplicación como árido en capas granulares, y especialmente en bases de carreteras, se debe someter al material a un proceso de envejecimiento previo, con la granulometría con la que vaya a ser empleado, de forma que el contenido de cal libre no rebase un porcentaje entre el 4% y 5%; antes de su utilización deberá controlarse la estabilidad volumétrica de la escoria mediante un ensayo de hinchamiento.

La aplicación más clara en la técnica de carreteras es como árido en capas de rodadura de mezclas bituminosas o tratamientos superficiales, donde no sólo se obtiene el mayor valor añadido debido a su gran dureza y alto coeficiente de pulimento acelerado, sino que el riesgo de desperfectos por expansión se reduce sensiblemente. Su empleo en capas de rodadura conlleva un aumento de la resistencia al deslizamiento(12).

El proceso de dosificación en laboratorios de las mezclas bituminosas con escorias, así como su fabricación y puesta en obra, es análogo al de las mezclas convencionales. No obstante, se pueden resaltar varios aspectos que las diferencian:

-        Las mezclas bituminosas fabricadas con estos áridos han demostrado que su adhesividad al ligante es buena (superior al obtenido generalmente con áridos silíceos), el coeficiente de resistencia al deslizamiento se conserva mejor que en otros áridos y la resistencia mecánica de las mezclas es superior a la obtenida con los áridos silíceos de referencia.

-        El elevado peso específico de las partículas hace que la incidencia del transporte en la unidad terminada sea mayor que en las mezclas convencionales. Este problema, así como una cierta dificultad de compactación, puede reducirse en gran parte utilizando únicamente una porción de árido de acería en la granulometría final, especialmente los áridos más gruesos que son los que más contribuyen a dotar de esqueleto mineral a la mezcla y proporcionan microtextura para la mejora de la resistencia al deslizamiento en capas de rodadura.

-        Debido al elevado peso específico de la escoria de acería, hay que adoptar precauciones a la hora de dosificar el porcentaje de betún en las mezclas, siendo recomendable, para poder comparar dosificaciones, referirlas a porcentaje sobre volumen de áridos.

-        La mayor porosidad de las escorias respecto a los áridos convencionales hace que para conseguir unos contenidos adecuados de huecos en mezcla se deba ir a una dosificación superior de ligante en volumen que en la mezcla de referencia. La estructura porosa de la escoria podría absorber el ligante bituminoso con lo que disminuiría la deformación permanente de las mezclas asfálticas a altas temperaturas(7)

-    Se ha observado que retienen considerablemente más el calor que los áridos convencionales. Esta característica puede ser ventajosa en trabajos de reparación con mezclas bituminosas en caliente en clima frio(9) y un mayor tiempo de transporte de la mezcla(7)">.

Aunque en los distintos países hay una amplia gama de planteamientos en relación con la necesidad, o no, de que la escoria que se utilice como árido en mezcla bituminosa esté envejecida, la experiencia habida en nuestro país señala su conveniencia, de acuerdo con lo indicado en el apartado 3.3.